dissabte, de març 10, 2007

El Museo del Prado

El otro dia volví al Museo del Prado.
La última vez que había ido yo era muy joven. Quizàs tendria 8 o 9 años y aquello se me hizo enorme y eterno. Me encantó. Era un niño y entendia menos que nunca el arte, pero siempre me ha interesado, y aunque no entienda de técnicas y de estilos, si que hay motivos y estilos que me expresan más cosas que otros...

Ahora ya no soy tan niño y sigo sin entender de técnicas y de estilos, pero soy mas consciente de aquellas cosas que me motivan más y me comunican más cosas.
Esta vez el Museo del Prado no me pareció tan enorme como me habia parecido 18 años antes. Es curioso como la perspectiva de nuestra estatura nos cambia la percepción de las cosas.

Tengo que reconocer que todos esos cuadros... No sé como definirlos... Los bodegones... Y los retratos de gente tan fea como noble no me dicen demasiado. Y muchos de los religiosos tampoco me fascinan. En cambio la mitologia, las alegorias y las abstracciones sí. La escultura más o menos clásica tambien me gusta... Sobretodo al saber que la proporción áurea està ahí... A su manera, discretamente... pero está ahí.

Yo a nivel general soy de los Van Gogh, Munch, un poco Klimt... Mucho Dalí, me encanta... Picaso y Miró también me gusta... Soy abstracto? De estos en El Prado no hay muchos. Precisamente de Velázquez no hay nada que realmente me guste... Que me inspire mucho.
De Goya me impresionó de pequeño tanto como ahora Saturno devorando a su hijo... Me encanta su expresividad. El Colossus también es impresionante. Y bien... Hay algunos que me gustan más que otros.

Pero lo que más me llamó la atención y me sedujo és El Greco... Soy un amante de les cosas poco convencionales y El Greco definitivamente es menos convencional que Velázquez o Goya. El Bosco (y su moralista Jardín de las Delícias) también es poco convencional y también su obra me resulta bastante atractiva. En una menor medida me gustan algunso cuadros de Rubens... Muestran una estética femenina muy poco valorada hoy en dia y creo que es una demostración que la belleza no está en la delgadez sinó en las proporciones.

El otro dia volví al Prado, y espero volver algún dia.

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