Madrid lo tiene. Más que una ciudad es una encrucijada de caminos. Donde muchas piedras merodeantes (rolling stones) chocan entre sí, unas veces para bien, otras veces para mal.
Lo peor de Madrid... No es el momento de hablar de ello.
Pero el encanto de encontrar gente que como tú, està de paso, en un estado siempre indeciso y transparente en el que ves perfectamente la nada que se cierne delante de un futuro tan inexistente como indeseado. Y entre el pasado que intentas dejar atrás con un éxito relativo y relativista, y el ya comentado futuro inexistente sólo queda un ahora, y un destino: Madrid.
Este el el nombre del blog de una muy buena amiga que he conocido aquí... Una alma inquieta como la mía... De esas con las que es muy agradable compartir la soledad.
Una chica portuguesa que demuestra dos cosas: que la intolerancia de algunos es propia de la especie castiza, inherente a ella; y que no es tan raro utilizar un blog para intentar estar en contacto con tu gente, (aunque luego tu gente sea la única que no lo lea jajaj).
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