Carta a un desconocido - Parte V

Parte V

Me preguntas en tu carta qué suelo hacer y a que sitios voy con mis amigos para divertirme. Es una pregunta muy relativa pues busco (y encuentro) el placer en todas las cosas que hago. Si las hago sólo porque hago aquellos que me gusta hacer. Si las hago con otra gente, por el placer de compartir tiempo y actividades con otra persona… Siempre encuentro el placer de las cosas que hago. Si no, qué sentido tiene. La verdad es que no tengo límite. En cierta manera me dejo llevar por mis amigos, a lo que salga. Y eso acaba implicando que hago de todo: ir al cine, salir de marcha, ir al teatro, pasear, ir al gym o deportes en general, escuchar música, ir a conciertos, o simplemente jugar a la PlayStation 2, mirar una película o serie en casa, o jugar a juegos de ordenador o a juegos de mesa con amigos.

Dices que “Nunca he tenido mucha suerte con las amistades; sólo me buscan por interés personal, cuando puedo ayudarles profesionalmente y después no existo: se olvidan de mi y eso me duele y me hace sufrir mucho. Yo me porto bien con todo el mundo, pero la gente es muy egoísta e hipócrita. Pero cuando la gente me ignora o desprecia y no me valoran tal y como soy, esta situación me ha hecho desconfiar aún más de la gente, del amor y me cuesta mucho iniciar una relación amorosa con alguien, por temor a que me hagan daño de nuevo. No me gusta la soledad pero lo que tengo muy claro es que más vale sólo que mal acompañado.” En Esto sólo te puedo decir que madures. Que el mundo y la vida son así. Que todo el mundo decepciona. Una triste conclusión, que a mi también me ha costado asumir. Pero es así. El mundo no tiene cosas bonitas. La capacidad de ver las cosas bonitas de la vida la tenemos en nuestro interior. Igual que cuando nos herimos, somos nosotros mismos. Porque somos nosotros mismos los que nos generamos expectativas en cuanto a las personas, y cuando estas no las satisfacen, son nuestras expectativas auto-generadas las que nos decepcionan realmente.

En cuanto a fútbol, soy del Barça. Soy muy del Barça. Por desgracia. En este país es una desgracia ser del Barça… Sólo ser del Atlético de Madrid es peor.

Tengo bastantes amigos… Aunque ‘descafeinados’… Pocos harían por mi la mitad de lo que yo haría por ellos. Pero así son las cosas. Lo importante acaba siendo sentirse bien con uno mismo. Aunque hay bastante gente de demuestra de vez en cuando aprecio hacia mi persona. La lástima es la falta de tiempo para dedicarles, hecho que nos aleja irremediablemente. Aunque como dicen, amistad que acaba nunca fue amistad. Por lo que, como comprenderás, te entiendo bien cuando dices que “el ritmo estresante que la sociedad y la vida actual nos impone,” (…) “contribuye a que el contacto no sea todo lo frecuente que desearíamos.” Y sobretodo cuando dices que “vivimos en una sociedad cada vez más deshumanizada, muy competitiva, en la que muchas personas actúan egoístamente.” (…) Obviamente también coincido con “que todas las personas con las que podamos tratarnos, no van a convertirse en nuestros amigos, pero” la mayoría de las personas hemos olividado “hasta las normas más elementales de cortesía, educación y urbanidad, no ya sólo con desconocidos, sino con personas o vecinos que viven en nuestro edificio, nuestro barrio, compañeros de trabajo, etc.”

De mis relaciones sentimentales prefiero no hablar por ahora. Sólo sé que he querido mucho a unas pocas, y que actualmente estoy perdido… Por así decirlo, en cierta manera.

Pareces una buena persona. La verdad es que tienes que ser valiente para escribir una carta como la que has escrito, demostrando tu mundo. Lo valoro mucho y siento no haber podido contestar antes. Cuídate mucho.

Joan Genís