- ¿Todo lo que ocurre, ocurre por voluntad de Dios, raboni?
- No lo sé. Pero si es así, debemos perdonarle, porque Dios o los dioses del Olimpo no conocen el dolor de perder a las personas queridas, y esto los hace inferiores a nosotros.
Jesús me miró intensamente y exclamó:
- ¿Eso que dices no es una blasfemia?
- Seguramente sí. Blasfemar es otro privilegio privativo de los hombres. No sirve para mucho, pero, en ocasiones como la presente, no viene mal.
(...)
El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008)
Eduardo Mendoza
Seix Barral Biblioteca Breve
Eduardo Mendoza
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