Jaipur. Capital del Rajastán.
Hay quien la llama la ciudad rosa. Desde que se pintaran los edificios de color rosa para recibir al príncipe de Gales en 1905, el color rosa se considera un símbolo de la hospitalidad.
Yo la llamaría la ciudad infinita. Quizás porque quería ver tantas cosas en un solo día, que me quedé con hambre. Los inconvenientes de viajar por trabajo, los findes de turismo se hacen demasiado breves. Aunque mejor poco que nada, digo yo... Pero programar un solo dia partiendo desde Delhi, ciudad que está a 300 km (unas 5 horas en coche) de distancia, es una locura. Es decir, la típica cosa que disfruto más que nada.
Convocamos al chófer a las 6 de la mañana. Objetivo estar allí lo antes posible para aprovechar el dia al máximo. No le gustó mucho la idea al pobre hombre, y nos lo hizo pagar con crecer parándose a tomarse su merecido desayuno a mitad de camino (era inútil hacerle entender en una lengua que casi no conocía, el inglés, que esperara a desayunar a llegar a nuestro destino). También de regreso se tomó su pequeña venganza, desviándose y parandose 15 minutos en un lugar que nos era totalmente desconocido para tratar algo con alguien.
Pero eso es otro tema.
Las escenas que se fueron sucediendo
durante el trayecto que nos llevaba a Jaipur (
wiki de Jaipur) eran muy interesantes. Tanto por los paisages, como por las estampas de la Índia rural y/o profunda nos iban dejando.
Colinas y pequeñas montañas como la de la foto, y una buena vegetación a lado y lado de la carretera. Con aldeas y aldeanos, ganaderos y agricultores. Con el toque indio.
Y para toque Índio, los camiones. Aproveché el trayecto para conseguir sacar una instantánia de una de las cosas que más gracia me hizo de las carreteras Índias. Los camiones con instrucciones para los otros conductores. En la foto de la izquierda se puede ver el mensaje "
Horn Please" (Pítame por favor) en la parte posterior del camión. Esto se debe a la costumbre de ese país de no utilizar intermitentes, simplemente pitar para adelantar, o incluso mejor, pitar para que el de delante se aparte que es algo mucho más cómodo. Otro mensaje que suele ser habitual en los camiones es el "
Use dipper at night" (algo así como usar las ráfagas de luces por la noche).
Al final logramos llegar a nuestro primer destino:
el Fuerte Amber (The Amber Fort)
El
Fuerte Amber es un complejo palaciego localizado en Amber, a 11 km. de Jaipur. Originalmente construida por los Meenas, quienes consagraron la ciudad a Amba, la Diosa madre a la que conocían como “Gatta Rani” o “Reina del Pasado”. Además, el fuerte está construido con un material que le da un tono ámbar.
El complejo, construido sobre los restos de una estructura anterior, fue comenzado en 1592 durante el reinado del Raja Man Singh, Comandante en Jefe del ejército de Akbar. Amber sufrió modificaciones bajo sucesivos dirigentes en los siguientes 150 años, hasta que los Kachwahas mudaron su capital a Jaipur durante la época de Hawai Jai Singh II.
La estructura que actualmente se conoce como Amber Fort era inicialmente un complejo palaciego dentro del fuerte de Amber original que hoy día se conoce como Jaigarh Fort (y del que daremos más detalles más adelante). Jaigarh Fort está conectado a Amber a través de pasajes fortificados.
El Fuerte Amber, al ser un palacio o un complejo palaciego, goza de una belleza extraordinaria.
Además se trata de un complejo tan grande que su visita puede ser cansada, claro que nosotros llevabamos una paliza considerable entre las largas jornadas laborales, y las fatigantes expediciones turísticas.
La escalinata de la foto, presidida por dos chhatris, conduce a una monumental y ornamentada puerta que sirve de acceso.
El recinto está lleno de guías oficiales y no oficiales que están dispuestos a conducirte por el recinto y darte las explicaciones convenientes. Nosotros optamos por seguir nuestro ritmo, un poco acelerado, con la intención de poder visitar cuantos monumentos fuera posible.
Belleza.
Harmonía.
Detalle.
Elegancia.
Sobriedad.
En la siguiente foto, muy sugerente, se puede 'ver' desenfocado un jardín-laberinto, que también forma parte del recinto, aunque nosotros nos conformamos con tomarle un par de fotos desde nuestra posición.
También había un jardín interior, reservado a los cortesanos, que disponía de un ventanal para que éstos pudieran observar las actuaciones públicas que tenían lugar justo fuera del palacio.
Pero las visitas más magníficas de todas són:
1. El vestíbulo de los cristales...
2. ...y el vestíbulo de los espejos.
Cuentan que cuando la realeza vivía en este lugar, por la noche, cuando necesitaban pasar a través de esta estancia, tomaban una sola vela, y gracias al intrincado diseño de pequeños espejos, toda la habitación se iluminaba. Se podría decir que esta sala es la atracción principal del palacio.
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Muy cerca del Fuerte Amber, está
el templo hindú Jagat Siromani Ji.
Este templo, a pesar de ser muy pequeñito, es uno de los más bonitos que he visto yo en la Índia.
Con impresionantes decoraciones talladas en piedra, está fuertemente asociado a la célebre santa y poetisa Mira Bai. El templo está a 10 minutos a pie del Fuerte Amber y guarda el ídolo de Lord Krishna.
Sumamente acogedor, en su interior nos encontramos con un monge-guardián que nos puso el punto naranja que respresenta el chi o alma y nos animó a tomar fotos, a diferencia de otros templos más 'mediatizados'.
Con algunas fotos que evidencian la belleza de este bonito templo cierro el apunte de hoy...
Nuestras aventuras en Jaipur continuarán próximamente, en este mismo blog, con los mismos protagonistas y muchas cosas más...
El Jaigarh Fort, el Nargarh Fort, the Pink City (o palacio de la ciudad), y el Jantar Mantar (¿?).
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